CAPITULO CXC
UN ORIGEN IGNORADO
No se contentó Magdalena con encargar a Montiel que
comunicase su libertad a aquellos a los que yisitó para ente-
rarles del fracaso del último golpe preparado contra Fer-
mín, gracias al oportuno aviso de «Corderito», que le tras=
mitieron, con lo cual dió lugar a su rapto que ellos no pu»
dieron impedir por mucho que lo lamentasen, sino que qui-
so darles personalmente las gracias, por el cariñoso interés
* que le habían demostrado.
Conveníale tener la ayuda de aquellos elementos con log
cuales contaba para cuanto los necesitase.
Y como sabía que los que tendrían de seguro una sa-
tisfacción en verla reuníanse todas las noches a la misma
hora en el mismo sitio, a la cordelería adonde fué la noche
anterior dirigióse también aquella noche después de cenar,
es a la dueña de la casa;