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apoyarla con el matrimonio, cosa para mí innecesaria, no
puedes oponerte a que con nuestra hija haga lo que con ella
habría hecho si mi oferta hubieses admitido. Sólo ella po-
drá negarse como tú a admitirlo, cuando esté en edad de
poderlo hacer.
Y dispuso que su hija fuese criada como correspondía a
la posición que ocupaba él.
No incurrió en la crueldad de pretender arrebatar su
hija a su madre; pero exigió que, aunque estuviese junto a
ésta, fuera criada por una nodriza.
La tal nodriza fué Tomasa.
Adela no pudo negarse a ello, puesto que el que tal ha-
cía era legalmente el padre de la niña.
Víctor Jardiel procuró que desde que vino al mundo su '
hija no careciese de nada, y Adela esforzóse en no aprove-
charse de lo que para su hija e era dado y vease forzada a
admitir.
Como la indemnización cobrada por la muerte de su pa-
dre habíase ya agotado, para pon comer tenía e bra-
s bajar.
Como antes, unos la elogiaban acid
—Redime su culpa rechazando lo que no le es ofrecido
en las condiciones debidas. para reparación de la misma.
Y otros la censuraban opinando: -
—Es una tonta, pues con el sacrificio que se impane re-
nunciando al bienestar no consigue nada.
El ingeniero aprovechó la ocasión para insistir:
—Prescinde de tus preocupaciones y así seremos acid
viviendo juntos « con nuestra bija.