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—Cuando la ocasión llegue — afirmaron—, otros nos
seguirán, aunque a nuestro lado no estén ahora.
Referíanse a los que estaban a la expectativa de los acon-
tecimientos, para obrar según la conveniencia les aconse-
jara.
—De los demás—aseguraron también—, de los que se
atreven'a ponerse obstinadamente en contra nuestra, que
serán los menos, no tendremos que temer nada.
—Les arrollaremos.
—Y les reduciremos por la fuerza ya que no por su vo-
luntad. :
Repitió Fermín lo que ya había revelado a Malas acerca
de los elementos revolucionarios con los que estaba en inte-
ligencia y de los que esperaba instrucciones y avisos, y. pu-
siéronse de acuerdo para trabajar unidos.
Al separarse y despedirse estrecháronse las.manos, todos
exclamaron, animados por la fe, el entusiasmo y la espe-
ranza, ahogadas las voces por los acordes de la orquesta que
fuera recreaba los oídos de los que se divertían:'
—;¡A la revolución!
—¡A la república!
—;¡A la abolición de la monarquía!
—¡A la salvación de la patria!
Dirigiéndose a su alojamiento para en él entregarse a
sus reflexiones, Fermín decíase satisfecho:
Avanzan y complétanse cada vez más los preparó
vos para el golpe final.
Y preguntábase, impaciente y ansioso;
—¿Cuándo llegará éste?