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Sin reserva alguna, con sinceridad completa: y sin te-
mores de ninguna clase, le explicó quién era, lo que se le
atribuía, cuanto le pasaba, su aflictiva situación y sus le-
gltimas aspiraciones. : |
¿Cómo no había de interesarse Fermín por él?
Era una víctima más de las que se proponía defender
y salvar.
—Cuenta desde hoy conmigo en todo y para todo—le
ofreció—, el triunfo de la justicia que pretendo, será el
triunfo de tu inocencia.
Jacinto ofrecióle también por su parte, su bo incon=
dicional.
Se entendieron, intimaron y quedaron íntimamente uni-
dos. 0d
Miétonas da otras, veces. y. iirdieron comunicándo-
se por carta.
Las cartas de Fermín, Jacinto recibíalas en la taber-
na, adonde le eran errgidan: a nombre de uno de sus com-
pañeros. A
El hijo de doña Andrea, no ocultó a ésta nada. de todo
aquello. tio
Ella lo aprobó, cifrando también en el teniente his es-
peranzas:de la redención de su hijo.
Tuvo Fermín un rasgo generoso que acabó de conquis-
tarle la voluntad de la madre y del hijo.
Antes de abandonar Madrid, quiso: visitar a la parali- /
tica, para conocerla y ofrecerle sus consuelos, con la segu-
ridad de que con su ayuda la inocencia: del supuesto culpa-
ble sería proclamada.
La visita se realizó de:noche. sin ques nadie tuviese. no-