86 CARLOS SOLO
Con la ayuda de sus útiles los burghers
se pusieron á la obra y cavaron una pro-
funda fosa.
Este trabajo fué largo y penoso, duró
hasta las diez de la mañana.
Lise Josselín y Elena de Champigny esca-
lando las rocas fueron á coger lianas y
flores silvestres con las que formaron una
corona.
Gedeón, Eustaquio, el señor Donegal y
Benjamín Coco, con la vista apagada y
descorazonados velaban al muerto,
Arístides Lavignette había desaparecido.
De repente, se había dirigido á uno de
_los burghers y le había pedido prestado
aguja é hilo del que los boers están pro-
vistos en campaña.
Fué á Paméla y no sin antes haber gas-
tado mucha diplomacia, le hizo poner el
.zagalejo de cretona azul claro que la negra
llevaba debajo de los vestidos.
Registró el saco de Van Berkel y sacó
un trozo grande de esta tela blanca des-
tinada á la curación de las heridas.
Sacó de sus manos la bandera inglesa
_ robada en el campo de concentración y
- Quitando la parte roja hizo de ella una
“larga tira que cosió con grandes puntadas.
Y con los oropeles en la mano fué á
agazaparse detrás de la antractuosidad de
de las rocas para dedicarse á un eric se-
creto,
Sobre la altura hab tado los de
des de cavar la fosa.
—¡ Pobre amigo!—dijo. Eustaquio Gali-.
- ¿mard—, tenemos que abandonarte en tie-
_ Tra extranjera, sin una tabla para. proteger
tus restos,
—| Tendrá al menos el sudario de be
valientes !—respondió una voz detrás de
color que había conteccionado por medió
de trozos de tela reunidos por manera ex
traordinaria, :
En aquella ocasión la inspiración del e
mico; había hecho una cosa sublime, qué
hizo vibrar todos los corazones.
Estos tres pingajos burdamente cosid
¿ho evocaban para todos ellos, la lejana
patria que Juan de Keradec ya no volvería
á ver?
Como Arístides decía, estos colores, azu
blanco y rojo, iban 4 hacer al héroe mmef
to el más glorioso sudario.
Podía dormir en paz, el valiente sol
dado de Francia.
El emblema de la patria protejería sl
último sueño, de
La señorita Montecristo se destacó del
grupo y ayudó á Arístides 4 envolver
cadáver en los pliegues de la bandera. h
Dos burghers tomaron el cuerpo, y dub
cemente depositaron en la fosa con la ca
beza en la dirección del Nordeste, com0
él había dicho, El acto era conmovedor,
Todos nuestros amigos estaban arrodk
llados; gruesas lágrimas corrían por sus
mejillas,
Van Berkel salmodiaba el himno de los
muertos,
Puñado por puñado fué echada la tierra
Erigióse sobre el terreno un montículo de
guijarros, Gedeón colocó una cruz formada
con dos palos de un fusil roto.
Zezétte y Elena ataron la corona.
Después de un último y supremo adi
montaron todos á caballo y se alejaron !
volver la cabeza; tal y tan profundo :
su dolor.
Ps
— MADRID Imp. de A.
Marzo. San pm exegildo, 32, duo. Paléloao, r 977 Es