FOLLETIN DE EL MERCANTIL VALENCIANO
todo dispuesto; sólo falta que mi plan
produzca el efecto deseado.
Soy de usted, como siempre, su más
leal y seguro servidor, —B.» ,
Al terminar la carta, Bonifacio volvió
a leerla con detenimiento, y apoyando
la frente en la mano se dijo:
—Esta es de poca importancia; lo ditl-
cil es la otra. Probemos.
Durante una hora Bonifació escribió,
leyó, borró, volvió a escribir y a borrar,
hasta que por fin, un poco más satisfe-
cho de su trabajo, se quedó contemplan-
do su Obra, y sonriendo murmuró;
—¿Dará crédito Margarita a estas pa-
labras? ¿No las creerá demasiado humil-
des para ser escritas por su irreconcilia-
ble enemiga?
Bonifacio. hizo un gesto y un
miento expresivo de hombros,
diendo:
movi-
aña-
—Creo que en este instante tengo la
cabeza algo cargada para apreciar el
efecto que puede producir mi carta. Dur-
mamos un poco, y mañana Dios dirá.
Y guardando las dos cartas, se acostó.
Un momento después dormía tranqui-.
lamente,
/