CAPITULO Vil
LA VOLUNTAD DE LA DIFUNTA
El marqués se envolvió en su bala y
fué a sentarse junio al baicón, .
Poco después entró Micaela en el gabl-
nete; pero como aquella honrada mujer
-se sonreía, el marqués se tranquilizó,
«¿Qué es esto, Micaela? ¡Usted aquí y
en este díal ¿Qué ocurre?
Nada malo, señor marqués—contestó
Micaela, estrechando la mano que le ten-
día el viejo aristócrata—, sino que hoy
se cumple el plazo,
¿El plazo?—preguntó don Pablo, sin
comprender lo que le decía.
Hoy hace tres meses justos que la
'buena condesa dejó de existir,
——E8 verdad—contestó el anciano .mo- >
viendo tristemente la cabeza.
Y como doña “Luisa antes de morir
me dió un encargo...
Gima AR!
SA me entregó un ianelós Aso
del cual. había una carta dándome ins-
trucciones, EA
—¡Y usted ame lo ha ocultado!
—Era necesario, si había de ers
las instrucciones que me daba.
-—¿Y qué instrucciones son esas?
A cumplirlas vengo—añadió Micaela, -
sacando el mismo paquete que le había
regado la condesa antes de morir, y
lejándole sobre una mesa...
- Luego tomó del ia un papel y
dijo:
—Lo más 'senelilo: es que Jea la. carta. |
; Oiga usted, señor marqués.
Y Micaela se puso a leer. en: voz dde
lo que sigue:
«Micaela, amiga mía; Es lento la 2on-
“fianza que usted me inspira, que voy S
cerla depositaria de mi última volun--
tad. Sé que cumplirá usted mis encargos
_postreros, y que la. pobre Margarita ten-
'á en usted una madre cariñosa, Este
| pensamiento me consuela y me Cira e
za ues 20: dudo que su Doe será
/
bendito por la pobre buértana a quien
tanto amo,
Adjunto con esta carta encontrará us-
ted, en el paquete sellado que le entrego, -
dos millones de reales en billetes del Ban-
co de España; ellos constituyen todas
mis economías de veinte años, pues' des-
de el día que me casé con el bondadoso
e ilustre conde de San Marino me pro- :
puse reunir un dote a Margarita, de la
pensión que mi esposo me daba mensual-
mente para mis gastos de tocador. Lao
Estoy contenta porque lo he Sacra ”
do viviendo con cierta modestia, que más
de una vez me reprendió av ml
esposo,
Cien mil duros datos: producir una
bonita renta, que manejada con pruden;
cia le pondrá al abrigo de todo contra-
tiempo. Guarde usted, pues, la suma, y"
le suplico. pad con exactitud mis de E
Tres meses después de mi muerte, 88 .
presentará usted en casa del marqués de
Malf. +
Si, como. creo, Margarita. vive. con él,
«pedirá usted a mi padre. la mano de la.
huérfana para su hijo Miguel.
Es de esperar que el marqués. acceda
4 su petición, sabiendo. que yo deseo que
se Casen, Y además, el noble anciano
ama tanto a nuestra querida. huérfana, a
“su buena Margarita, que nada sabrá ne-.
garle, pues su único ADN tune en.
verla feliz. PRA
Adiós, Micaela; sl es cierto que. ls uE.
Mas van a descansar de las amarguras
- infinitas que sufren en la tierrá en,otra
mansión más apacible que la de los hom-
bres, la mía gozará desde el cielo viendo
1á felicidad: de Margarita y Miguel.
Adiós, amiga mía, y no dude que mi.
último pensamiento será. todo de astedes,
—Luisa. UE
_ Cuando Micaela. terminó la lofts. de
E Angel de la o ción 198,