és a ONIS, bajando la : iii:
—Ayer tarde me dijo el señcrito Ap-
,drés; «Bonifacio, estoy enanierado vomo
un loco de Margarita.»
—¿De la hija de la señora Mardalena?
De la misma, .Y comio el señorito tie-
ne gran interés en tener una entrevista
sin testigos con Margarita, al hombre
que se la proporcionará le daría una bues
ha cantidad; y tú puedes ser ése hombre,
Anastasio,
NO te comprendo,
Mé explicaré. Los que sómos pobres
y éstamos destinados a servir a los ricos,
E do debemos tener otro atán ni otras mi-
ras que reunir un poto dé dinero para
mandar a nuestros amós a 20 ys vivir
con independencia,
Eso no es muy fácil
- —Algunas veces lo es, porque se hace
unó pagar caros los serviciós. Por ejem-'
: ahora estoy seguro de que el seño-
to Andrés no tendría inconveniente en
ria. cien duros, o doscientos, si para
nóche que convengamós tuvierás en-
rados los dos pérros y ncs facililases
llave de la puerta que da paso a la
3.
Si, peró ESO... ela dió Anastasio pre-
ado.
he —Eso a nada podía comprometerte, El
señorito verá a Margarita, hablará con
lla, y asunto concluido.
— Y la señorita Margarita está de.
acuerdo cón el señorito Andrés?
-—¡Pues está claro; hombrel
Í oa un PI con la cabeza,
las
| a Y El te ib a ti don Mi-
1? Si el señorito Andrés tiene siete u
ocho citas, protegidas por ti, con Marga-
FA; puedo vaferte él asunto algunos
niles de reales, con los que no te sería.
y eil arrendar una huerta 0 compraria,
“vivir por enenta propia,
El jardinero guardó silencio.
Bonifacio no le interrumpió, pero llenó
as topas de nuevo, ¿omprendiendóo que
us proposiciones producían buen efecto. -
“- veas, pasar por delante de la verja, vie-
nes a este ES, se0nar yO AS
-esperándote.. ! o
'o debo el pan al señor Que
jo por: fin Anastasio. ; E
ol marqués te da un jornal, es ver-
o tú sudas sóbre la tierra de su
no hace otrá éósa que recómpen-
| ml: Y Pete Ad ho su tran
a dejando abierta la verja del jar-
¿Y el otro%—añadió el jardinero, ha-
ELA NDA. ¿o
bajo no. catás AR A ser un SA
servil y sin voluntad propia. ¡Bastante
ganga tienen los ricós con lós pobres, que
por.un pedazo de pan lés hacen todas
lag faenas penosas, que ellos no harían
por nada del. mundo! Desengáñate, Anas»
taslo, el que no tiene un duro, ño vale
veinte reales, El día que no puedas más : A
pejar el azadón, el marqués te arrojará
á la calle como un mueble inútil, y ten- ..
drás que implórar la caridad pública $.
refugiarte en un hospital de incurables,
No seas tonto; puesto qué hoy se te pre-
senta la ocasión de ganar álgunas onzas
para la vejez, sin el menor riesgo ia
véchala,
El jardinero apuró una copa de un solo
trago, respiró luego con fuerza, y levans.
tando la cabeza con energía, como el que
toma ná resolución después - de unos
moméntos de lucha, dijo:
—¿Dicés que no hay com pRanieS para A
mí en lo que me propones?
-—Ningunó.
* —¿Qué debo. hacer? :
Lo primero no soltar los perros la
noche que haga falta, 5
«Eso es fácil, E :
+—Después entregarme la llave de la
puertá-de Ja cása, y si puedes, la dela
sala que conduce a] dormitorio de Mar-
garita. * A
—También es fácil, ¿Qué más?
—Dejar abierta la verja del jardin.
—¿Y qué me daréis por todo eso?
Doscientos duros por la primera nos.
che. y se
— ¿Y si se. repite A función?
—Cada vez que se repita cien duros.
—Acepto el trato. ¿Cuándo vendotis?
YO te avisaré, :
— Y el dinero? -
—Toma a cuenta una odtemeñació Bo-
-nifacio, deslizando en la mano de Anas-
- tasio la monéda de oro, ia d.
Tú má avisarás,
—Si; buscaré la ccasión. Caida me
—Peffectamente, E
No digas. nada a nadió dé lo que he
Ios convenido. 0 Ms
¿El ! ángol de la: guardar, t—10s
¿Y dicos que Margarita: está py E
forme? RA
Está claro! El bois PA JAS
muy rico, y las mujeres de hoy día pre- vi
fieren a los hmantes ricos, de