Full text: Tomo segundo (002)

    
  
  
  
  
     
       
   
    
  
   
   
   
   
  
   
   
   
   
  
   
   
   
   
   
   
  
   
  
   
   
   
   
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
   
  
  
  
  
  
  
  
  
  
   
   
    
  
   
  
  
342 FOLLETIN DE El " 
E 
o TR 
CANTIL VALENCIANO 
  
e pas 
  
$ 
sar, revelándola, grandes disgústos/ a 
Una Aga y distinguida fatuilra. 
Si; pera como yo no“he' de revelar- 
Jauf: 
Esa es la confianza que aquí: me con= 
duce; 'y"para probarle que la señora 'con- 
desa 'nb duda de usted, vengo desu par- 
le a reiterarle' su amistad y a'revelurle 
algo.que usted no-.sabe.. La señora con- 
desa no quiere pasar a los Ojos de usted 
par una tWwujer infame, sino, por lo: que 
es, por uña Mujer desgraciada. Esta. es 
una prueba de confianza que ¡pondrá a 
usted en el caso de apreciar la situación * 
de la condesa, y pará ello' le bastará:a 
usted lter esta carta escrita por el capi- 
tán Alvarez el día antes de: morir. 
Y el doctor sacó de su cartera una 
carta que púso.en las mános d: Micaela. 
Aquella carta, que ya conocen núestros 
lectores, era'la que el capitán Alvarez 
había escrito a Luisa, confesándole eu 
infame conducta. 
Micaela leyó - verdaderamente conmo- 
vida aquella revelación: hecha «por la con- 
ciencia de un hombre a su víctima. 
Al terminar la lectura se'la devplvjó 
al doctor, diciendo: 
-——Pero, ¡esto es infame! 
*—Muy infame, señora. Luisa había 
amado al capitán Alvarez con toda 'su 
ama; por él había sacrificado tódo cuan- 
to puede sacrificar una mujer; y cuando 
luchaba con las exigencias de. su padre 
para conservarle puro todo el amor que 
le había jurado, recibió. esta carta, que 
hiriendo de muerte su corazón, “llenaba 
de vergúenza su alma. . 
— ¡Pobre señora!-—murmuró en voz ba- 
«ja Micaela, atéresada” en favor: de la. 
1 
condesa. 
et: bien puede' usted “decirlo. Difícil- 
mente se encontraría en el mundo una 
mujer *que' hubiese sufrido tanto” comio 
la 'condesa.' A' pesar de la infamia del ca: 
pitán' Alvarez, ella estaba' resuelta a' de- 
vorar en silencio el insulto y a' no ocu- 
parse más 'que de su 'hija'y de su dolor. 
Pero una circunstancia fatal' vino a au- 
mentar. sus penas! y a 'sumirla' en. una 
“agonía que comenzó hace diecisiete años 
y dijtad ii A a las cil del 'sepul- 
lero.* 4 Rida 
¡El dietár se. divo: para. estudiár. el... 
efecto que sue Belgbrhes causaban a -Mi- 
-«caela. 
¿o Esta guardaba sllimato. certaderenen: 
+te* ara: en el relabo rro 
  
más trascendental, lá que pudiera cau- 
' 
Don Marcelino refirió entonces detalla* 
damente por qué'Luisa de Malfi baDIá | 
dado su mano de esposa al conde de san 
Marino. Se trataba de salvar a su paulrÉ. 
y. a su:hija.de la ruina que les. amenaZá- 
ba, de librarles: de la pobreza, tal vez de 
- la:miseria, y sin comprender entonces 16 
gran responsabilidad que echaba “sobt8' * 
eu conciericia, hábía' ácepiado el mate 
tirio. 
Micaela, con esa beba penetración de 
la: mujér, comprendió lo: grave; lo dolo" 
roso, lo' terrible de: lá situación de 1% 
condesa, y sintió en sú alina' nacer unas 
«grandes: simpatías bacia :aguella pobre 
mártir, pará la que no había sonado und 
hora enel reloj de su. vida sin arraucar 
un grito doloroso del corazón, 1. 0 
'—¿Y qué es lo que quiere de mi la-sér 
ficra condesa? Estoy dispuesta a servit* 
la en todo—dijo. ; 
- —La señora condesá, cuyos sufrimién- 
tos no es posible enunterar, no viviría UA 
minuto despues que:su 'esposo. supiera 
el'sécreto. Ella me' ha obligado a: veni 
aquí para que revelara a usted todo. 10. 
que ignoraba, para disculpar a sus, 0JOS - 
una gran parte de su falta. Ahora, de 
usted depende la paz “de una * familia: 
Puede usted ser la amiga, la hermaná.. 
de! corazón de la condesa; y puede 46” 
ted ser su acusadora. En'el primer cas0, 
la condesa tendrá mucho gusto en verla. 
a usted con frecuencia en su casa y p0- 
ner en juego todas sus buenas relacio. 
nes para que se premien-los buenos ser- 
vicios «que «ha prestado.a la patria el 
coronel Redondo; en el segundo caso; no. 
se defenderá,y una palabra de usted que : 
.revele.su secreto será su: sentencia ' 44 
muerte. 
'—Pués bien, don Marcelino: diga usted 
a la señora condesa que yo Ja juro por la... 
felicidad y la vida de mi hijo, que, es 19. 
que más amo y más. me inleresa .en: 
mundo, que'no revelaré, una palabra 4: 
su: secreto ni aun al: confesor :en la hyra 
de mi: muerte. - hi e 
“Micaela pronunció con tal aptiaiad con 
tanta energía estas palabras, que . €l. 
doctór, no. abrigó , la. menor. duda de. que 
sabría cumplir suspromesa. ;.- 
+ Dor.esta parte, pues, la. condena podía 00 
estar tranquila, disipar las pubes que le. [| 
visita: inesperada “de Niierdad habían. 0 
'vantado «en “sp: alma. : ne 
Sin embargo, el ¡Adetar;' RoyDre de 
gran, experiencia, quel conocía hasta -dón- 
des id cerdo a late eslatura: les. qe, 
, de 
 
	        
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