¿CULPABLE? 33
Almohadilla rosa, en forma de corazón,,
que Paolina había bordado. En una de
las paredes conservábase un retrato
suyo que, á pesar del cristal, habíase
tornado amarillento,
Estaba solo, nadie podía verme. Cogí
el retrato y lo besé.
Al reflexionar la actitud que observó
Paolina en Brighton, me sentía inclina-
do á creer en su inocencia. ¡Y no obs-
- tante¿no se había condenado ella misma
al confesar que había recibido dinero
del joven inglés Fred Ingram, cuyas
trágicas postrimerías aparecía envuel- .
- tas en misterios impenetrables?
-Recordé la pena que sentí al alejarme
de ella cuando mi padre me mandó á es-
tudiar la carrera de Leyes en Londres.
Al cabo de dos años de estudios me re-
belé contra la tiránica voluntad de mi
- padre, pues, siendo mayor de edad, ha-
bía entrado en posesión de la pequeña
fortuna que mi madre me legara. El an-
ciano cedió al deseo, que ya le había
- expresado repetidas veces, de abando-
nar los estudios jurídicos, y me entre-
-.gué al deporte de los viajes. Recorrí
toda Europa, y adquirí gustos cosmo-
politas que poco á poco destruyeron
-en mí toda noción de método y regula- ;
ridad, |
Al poco tiempo, mi Hadre murió de :
- una dolencia que contrajo cazando la
8 - ¿CULPABLE ?