o > o O. HENRY E
iremos a echar una partida, charlando. Aquí no.
me encontraría a gusto...
—<¿Vestirme?—dijo el burgués ignorando las
demás palabras—. Desde hace una semana no
me he podido poner solo el pantalón. Estoy cla-
vado aquí hasta que la mujer que me asiste
- venga a libertarme.
——¿Y si yo le. ayudase?—dijo el none
- Pero aquello daba a la aventura un giro tan
preciso, que reaparecieron los convencionalis-
_mos. El burgués frunció el ceño. Rodando entre |
sus dedos su barba gris, y hablando con: un
poco de altivez, comenzó:
- —No es costumbre...
Pero el visitante le cortó su Hada:
-— Dejemos los usos—dijo con rotundidad—.
Aquí tiene su camisa, póngasela, que yo tendré:
las mangas. Tal como me we usted, he conocido
a un hombre que hacía dos años había perdido
- el uso de ambas manos. Al cabo de quince días
al ungiiento de Omberry le permitió hacerse
por sí mismo el nudo de la corbata.
| Hay. asuntos de conversación que tienen al sd
- de.magia. Como a pesar suyo, escuchando rela-
. tos de curaciones milagrosas, el burgués se ves-
; tías ayudado por el ecaRd y no sin lanzar al i
- gunas quejas. vo
En el momento de salir apercibióse de que :
: sus bolsillos estaban vacíos. o