Full text: La mansión misteriosa

de 190 A _MAURICE, LEBLANC 
rostro del inspector Bechoux, que delata en una ha- 
-—bitación del piso bajo, a manera de sala de espera. 
—Veo—dijo Juan—que el teniente Bechoux está en 
su puesto. ¿Siempre a la busca de los diamantes? 
—Siempre, señor. He oído decir que habrá nove- | 
«dades dentro de poco. El inspector ha apostado tres 
hombres. ER nd | 
Juan se alegró. Tres buenos mozos, elegidos entre 
los más vigorosos...; todo un cuerpo” de guardia... 
¡ Qué suerte | Tales precauciones daban eficacia a las - 
suyas. Sin representantes de la lia su plan se: e 
| saga | | 
! - Subió los seis peldaitos de la Elis y después les 
escalera. Se encontraban reunidos en el salón el con- 
de y su hermana, Arlette, F agerault y Van Houben, y 
que había. ido igualmente a despedirse de ellos. La 
e atmósfera era tranquila cd todos tenían el aspecto de 
sd comprenderse tan bien que D'Enneris tuvo una ligera : 
A indecisión al pensar que iban a bastar dos o. tres mi- A 
-nutos para. perturbar aquella. reunión tan serena. 
? -Gilberta de Melámare le. acogió con afabilidad. El | 
Pe conde le tendió alegremente la mano, Arlette, que ha- a 
-blaba separada, fué hacia. él, muy contenta por verle. E 
Decididamente, ninguna de aquellas tres personas co- ze 
-nocían las noticias de última hora, no habían leído. el ! 
E - periódico de la tarde que tenía en el bolsillo y no 808- 
ad pechaban la acusación lanzada contra e y el duelo 
e sos se 'e preparaba. id 
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