j LA MANSIÓN MISTERIOSA - 08
Dió. a telka Si pequeño rosetón de un taller:
_—Basta dar la vuelta a este rosetón, y los cerrojos
“se corren. Tu consigna es que nadie salga, y la mía,
que nadie entre. : A
el Demolerán la. puerta! ¡Lo destrozarán todo!
- —gritó Bechoux fuera de sí. :
- —Llámalos. ?
| -Bechoux sacé de su bolsillo un silbato de policía.
ua silbato no marcha—dijo D'"Enneris.
- Bechoux sopló con todas sus fuerzas. Ningún so-
nido. Sólo el del aire que salía por la hendidura.
Es alegría de D" Ennens se redobló. Se desternillaba
E de risa.
e , a Dios mío! ¡Qué divetilo es esto | ¿Y tú quie-
res luchar? Pero veamos, viejo amigo : si soy verda-
po deramente Lupin, ¿crees que hubiera venido aquí en.
Ss compañía de una sección de policías sin haber tomado
mis precauciones? ¿Crees que no hubiera previsto tu
| traición y tu ingratitud: ? Pero te repito que la casa está '
| llena de engaños y conozco todos sus mecanismos.
Mid: dirigiéndose siempre contra. _Bechoux, le arrojó
al rostro :- EE :
o —i Idiota ! ¡ Te lanzas a la: ventura como. un pi
¡Te imaginas que acumulando hombres alrededor
“mío, me tienes! ¿Y la salida secreta de que siempre
te he hablado, eh? ¿Esa salida de la Valnery y de los
Martín que nadie conocía, incluso F agerault, y que
yo he descubierto? Libre; soy ha de salir a mi an-