e a o A a
a los pocos minutos. Pero desecha de tu mente la idea de
que lo detuvo una morena. Los marineros viejos, llenos de
supersticiones y aferrados a las antiguas leyendas, pueden
todavía dar crédito a eso; pero nosotros no, papá Catrame.
Toma tus dos botellas y vete a descansar la lengua y a
reposar tus mriembros. El contramaestre no replicó ;
limpióse umas gotas de sudor, no sé si ca-
liente o frío, de su frente, tomó las dos
| botellas y se fué tambaleán-
| dose hacia la escotilla,
para bajar a su
camarote.
141