¿BAPTO O SECUESTRO ? 169
tective continuó hasta que la joven empezó a
gemir.
Entonces, Sherlock Holmes dijo a los agen-
tes, que se habían quedado junto al cadáver que
acababan de traer:
—Al coche con esta niña y con el señor Ta-
xon uno de ustedes, y a la comisaría de la calle
Stafford. El otro, usted, desate a ese prisionero
los pies, forme una cadena con los tres, y con-
dúzcalos a la comisaría también. Vuelvan des-
pués con una camilla, para llevar al muerto, y
digan allá que yo iré en seguida, en cuanto haya
hecho una inspección más minuciosa de esta ma-
driguera.
La joven estaba vomitando atrozmente y los
agentes tuvieron que esperar que se calmara pa-
ra cargar con ella. Luego la metieron en el cupé,
cuyo caballo dormía probablemente, plantado
en el mismo sitio donde se había detenido; y al
lado de ella se instaló Harry Taxon, para soste-
ner su cuerpo que, inanimado todavía, iba a
caerse en cuanto el carruaje echara a andar.
Uno de los agentes subió al pescante, y el cupé
empezó a alejarse lentamente.
El otro agente volvió a entrar en el cobertizo,
donde con la correa que el primer prisionero te-
- nía en los pies, y con otra que se sacó de entre las
ropas, ató a los tres bandidos codo con codo. Y
cuando esta operación hubo concluído, les dijo
con fiereza innecesaria :