EL PIRATA
oo no DliGicoa ninguna respues-
ta, Magnus prosiguió al cabo de algu-
nos instantes :
-— —Vamos, prima, aunque te haya ha-
- blado ásperamente no te enojes conmi-
-g0: no deseo mal a nadie, y a ti menos
Que a cualquiera; conque así, ven a
darme la mano. Si me hubieras pronos-
ticado el naufragio de mi navío y una
mala pesca, nada hubiera replicado ; pe-
ro, tratándose de una de mis hijas, todo
me afecta mucho ; vamos, dame la ma-
mo, y no hablemos más de este asunto.
-—Norna no contestaba y los circuns-
tantes mirábanse unos a otros con al-
guna sorpresa, cuando el udaller, can-
sado de esperar, descubrió la puerta de
la cabaña; dentro no había nadie. El
asombro y el temor que este hecho pro-
dujo fueron generales, porque parecía
imposible que la sibila hubiese salido
-—sin ser vista; y, sin embargo, había
desaparecido. Magnus, después de re-
-flexionar un momento, dijo en tono jo-
- COSO ;
da —Amigos míos, hace mucho tiempo
que todos conocemos a mi parienta, que
- ge diferencia notablemente del resto de
los humanos; pero quiere bien a su
país, nos profesa a mí y a los mios un
- gran afecto, y yo respondo que ninguno
de mis huéspedes tiene nada que temer
de ella; no me sorprenderá que venga
a comer con nosotros.
+ — Dios no lo permita! — dijo Baby
S e la señora Glowrowrum-— ; porque,
milady, no me gustan las personas que
van y vienen como un rayo de sol o un
plo de viento. :
-No habléis tan alto — respondió
la dama—; bajad la voz y agradeced al
ielo que no se haya llevado la casa con
os los que aquí estamos. Sé que hay
ujas que han hecho iguales habilida-
es, y aro nora lo puede hacer tam-
Todos los catas expresábanse
'ftunque en voz baja, en parecidos tér-
dd
minos ; pero el udaller, a voces y con
tono autoritario, propuso a la asamblea,
o, mejor dicho, mandó, que le siguiese
para ver salir los barcos a la pesca de
alta mar.
—El viento ha sido contrario desde
la salida del sol—díjoles—, por cuya
causa se han detenido los barcos en la
bahía ; pero ahora sopla favorablemen-
te y en seguida se van a dar a la, vela.
Este repentino cambio de tiempo oca-
sionó más de un guiño de ojos y más
de un comentario entre los concurren-
tes que relacionaban tal circunstancia
con la repentina desaparición de Nor-
na, a pesar de lo cual, ninguno se atre-
vió a hacer la menor observación, por-
que sabían que hubiera disgustado al
dueño de la casa. Magnus se adelantó
majestuosamente hacia la orilla, y sus
huéspedes fueron tras él, tan sumisos
como un rebaño de carneros sigue al
manso que les sirve de guía.
Lia ocupación más importante de log
shetlandeses y el único recurso con que
en otro tiempo contaban los ricos para
aumentar sus rentas, y los pobres para
asegurar sus medios de vida era la pes-
ca, de suerte que la época más impor=
tante y de más animación en todo el
año en aquellas islas es la en que se
puede pescar más. E
Reúnense los pescadores de cada disz
trito en un lugar determinado de la
costa, al que llevan sus barcos y en el
que completan la tripulación, cuyos - :
2. durante la inunda de la )