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contenidos ya ni por el peso ni por las ataduras,
rodaban de una parte a otra, chocando con fuerza;
pero la tripulación no tenía tiempo para ocuparse
de aquello, necesitando atender a las maniobras del
enorme buque, para cuya seguridad hubieran sido
precisos lo menos diez hombres más, a fin de que -
pudiera ir bien dirigido.- :
El capitán, que se mostraba cada vez más inquie-
to, interrogaba en vano las tinieblas con su aguda
vista, esperando siempre distinguir algún fuego que
le indicase la proximidad de la costa. :
-——A las dos de lasmañana la luz de un relámpago
dejó ver en la línea del horizonte una gran masa
oscura, sobre la cual ondeaba una nube de humo
rojizo. : y ? ; e
—¡Un volcán! —exclamó.
— ¿Dónde?—preguntó una voz.
—AMlí, Ana. e
—¿¡Tierra, pues?—añadió la joven. mA
-——¡Es Tanna!—exclamó el capitán—. Sé que allí
hay un volcán que está siempre en actividad. '
—¡Ah, padre!
—¡Asthor!—gritó Hill —. Haz amainar la vela y
gobierna el buque hacia proa.
En aquel instante smió de popa un fragoroso ruido, |
seguido de una violenta sacudida del barco. e
El palo de mesana había caído sobre la «Nueva
Georgia» y la extremidad superior del mismo quedó
sepultada en las olas.
XXI |
EL NAUFRAGIO
La isla de Tanna es una de las más bellas y pinto-
rescas del grupo de las Nuevas Hébridas. Es la más
meridional de todas y la más conocida, a lo menos
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