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LOS QUINIE NTOS MILLONES DE LA BEG FON: Y
Bastante extrañado de que fueran a visitarle én un país donde
no conocía a nadie, lo fue más aún cuanido bis en Je minúscu-
la cartulina:
) : da a P; SOLICITOR hs
93, Southampton Po ÑE
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Sabía. que un «solicitor» es el congénere inglés de un abo-
gado, 0, más bien, un hombre de ley híbrida, intermediario
entre el notario, el defensor: E el abogado 8 el proturador de
otro tiempo.
— ¿Qué diablos puedo yo tener que ver con el señor Ade
— se preguntó—. ¿Acaso habré hecho algún mal sin a a
Y añadió, en. voz alta: 0
— ¿Está usted seguro de que es a mí a quien busca? | »
—:Oh! Yes, monsit.
+ RUBS: bien; díe sale que pase. i
El maestro de ceremonias introdujo a un hombre, ¡6uba
aún, que el doctor, a primera vista, consideró como id
ciente a la gran familia de los «calaveras».
O ds Sus labios delgados, o, mejor dicho, consumidos; Sus lap=
Do: - gos dientes blancos; sus cavidades temporales casi al descu-
-bierto bajo una piel apergaminada; su'color de momia. y sus
ojillos grises de penetrante mirada justificaban en un todo.
aquella clasificación. Su esqueleto desaparecía, desde los ta-
lones al occipucio, dentro de un «ulster-coat» a grandes cua-
-dros, y en su mano oprimiía el asa de. un saco de viaje de cuero
barnizado. : A,
Entró este personaje, saludó con da dejó e en el ol
el saco' y el sombrero, se sentó sin pedir permiso, y dijo: a
- —Guillermo Enrique Sharp junior (1), asociado de la casa
Billows, Green, Sharp y Compañía... ¿Es al cada Sarrasin
a quien lengo el honor de visitar... > |
cie á —3M, SEnOro Pe
o — ¿Francisco Sarrasin?
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Ñ (1) El menor.