La «Freja» se disponía 4 hacerse á la
vela en la bahía de Edsviken. Cristián esta-
ba á punto, transportando á bordo el equi-
. paje de su amo y el del teniente Fernstein,
mientras dos marineros noruegos hacían los
últimos preparativos para la marcha.
Por fin iba á efectuarse la proyectada ex-
cursión al Norte. Bernardo y Conrado se
habían quedado en Raansdal para despedir-
se del pastor Eriksen y de lida. ;
En la casa del pastor reinaba desde hacía
algunos días una gran quietud porque la
joven huésped, que había llegado un día
inesperadamente de Drontheim y que du-
rante algunas semanas animó con su ale-
gría y con su charla aquella casa tan tran-
quila, desapareció de improviso de la mis-
ma manera que había llegado.
Inga había sentido de pronto un irresis-
tible deseo de volver junto á sus padres y
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