Full text: La peña misteriosa (Bd. 3)

  
  
80 E. WERNER 
  
—No, en tierra. Pero estoy ya curado. 
La joven lo miró, y vió. efectivamente 
una cicatriz sobre su frente, pero tan pe- 
queña y de profundidad tan escasa, que no 
parecía la de una herida apenas cicatrizada, ' 
sino más bien la señal de una simple roza- 
dura, y Araldo no hacía habitualmente caso 
de semejantes pequeñeces. 
—¿ No quieres entrar en casa?—le dijo. 
-—No, no tengo tiempo—respondió, sacu- 
diendo la cabeza.—Por lo demás, estoy muy 
satisfecho de estar en casa y cerca de mi 
madre. 
Sí, pero podrás quedarte solamente 
ocho días. Se dice que el «Aguila marina» 
no se detendrá aquí por más tiempo. 
—SÍ, pero yo me quedo en Raansdal; me 
he licenciado en Drontheim. 
—¿ Cómo? ¿No conducirás el buque á 
Hamburgo ? 
—¡No! Yo solamente fuí contratado pa- 
ra el viaje 4 Noruega. Terminado éste, para 
nada me necesitan; han contratado ya otro 
timonel. 
lida lo escuchaba con creciente sorpresa. 
No le parecía posible que Thorvik, que era 
tan tenaz en hacerse respetar sus derechos, 
cuanto en el fiel cumplimiento de su deber, 
dejara conducir al puerto, por otro hombre, 
la nave que se le confiaba. 
Araldo no dió muestras de advertir su 
  
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.