Full text: Vida por vida (Bd. 11)

    
  
  
  
  
  
  
  
   
  
   
  
   
106 LOS PARDAILLAN 
  
los dos versículos litúrgicos, las dos monjas 
continuaban mirando extasiadas a los dos 
compadres. 
—Sin duda alguna—pensaba sor María Lui- 
sa—si acojo esos dos hombres, la pobre sor 
Filomena correrá el peligro de caer en pecado 
mortal. Pero también, gracias a ellos, las dos 
infieles no han podido escaparse. Escuchad, 
maese Picuic, veo que me había engañado . 
acerca de vos. Sois un hombre de corazón, 
un buen hombre. Además, sois religioso y 
cantáis de un modo excelente. 
—Hermana, me aduláis. o 
—No hago más que reparar una injusticia. 
Al detener a esas dos herejes habéis prestado 
a la madre abadesa un servicio que no olvi- 
dará. Voy a hablarle de ello y os recompen- 
Sarán. E 
—¿ Y cuál será nuestra recompensa herma- 
na? Espero que esta pregunta no será indis- 
creta. OS 
—Haré de modo que os nombren chantres 
de nuestra capilla, aunque en ella no se digan 
misas más que los domingos y fiestas de guar- 
dar. 
—Hermana—añadió Picuic—: Permitidme 
que os haga otra pregunta”; ¿Cuál es el sueldo 
que dais a los chantres en este convento? 
—No les damos ningún salario, porque 
nuestros recursos son demasiado reducidos, 
aunque es probable que dentro de poco, nues- 
tra fortuna aumente considerablemente. En- 
tonces os pagarán doble, para indemnizaros 
del tiempo que hayáis cantado sin cobrar. En- 
tre tanto, ganaréis el favor del cielo y el mío. 
- —Escuchad, henmana—dijo Picuic—. Pre- 
fiero decíroslo en seguida ; mi modestia es tan 
   
  
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.