Full text: Vida por vida (Bd. 11)

   
  
  
  
   
  
   
    
  
  
mo LOS PARDAILLAN 
— Hermana — dijo sor Filomena—. Voy a 
buscar algunos huevos que guisaré junto con 
aquel trozo de venado que nos regaló el reve- 
rendo mendicante que pasó por aquí. 
Y sin esperar el asentimiento de su com- 
pañera, Filomena se alejó rápidamente. Un 
cuarto de hora más tarde regresaba con las 
provisiones anunciadas y un pan blanco. 
—Em cuanto al vino—dijo tímidamente— 
hay que esperar a la noche para obtenerlo 
_Las dos monjas se alejaron entonces para 
cumplir la misión que les habían confiado, es 
decir, vigilar a las dos jóvengs encerradas en 
el recinto. Picuic y Graznidó se sentaron in- 
mediatamente sobre un grueso tronco derriba- 
do, y colocaron entre los dos las provisiones 
debidas a la munificencia de sor Filomena. , 
—¿ No te lo dije ?—exclamó Graznido, de- 
vorando con frenesí. 
—Graznido, te proclamo inteligentísimo 
compañero. Nunca lo habría creído de ti. 
—Soy así... inteligente y valeroso, pero an- 
tes yo no lo sabía. Sin embargo, ahora que lo 
sé, ya ves los resultados. 
—Si tenemos una pizca de ingenio haremos 
nuestra fortuna al salir de aq exclamó Pi- 
cuic e que sin dejar de comer, cabe 
¿ Cómo ?—preguntó Graznido, 
e Violeta está aquí prisionera. 
—Sí, a pesar de que yo la liberté. 
—¿ Tú ?—exclamó -Picuic estupefacto. 
—Sin duda—contestó Graznido con doble 
sencillez—. ¿No te lo he contado nunca? ¿No 
te acuerdas de la batalla que hube de Soste- 
ner ? 
—Es cierto. Pues Violeta, a pesar de que 
tú la libertaste, está presa aquí. Si el señor 
  
 
	        
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