VIDA POR VIDA 83
)
dos los que se acerquen a vos o a vuestro
hijo. :
—Ruggieri, me asustas; ¿quién es ese
hombre ? | |
—¿ Os asusto, Catalina ? Dentro de un mo-
mento estaréis más asustada todavía, porque
ese hombre no quiere herir por cuenta de
los hugonotes ni de los Lorena, sino en su
propio nombre. Ese hombre ha hecho de an-
temano el sacrificio de su vida y nada podrá
detenerlo si se acerca a vos o al rey. Ese hom.
bre, Señora, quiere vengar a su madre, mar-
tirizada y muerta por vos. Catalina, recor-
dadlo, el amante de Alicia de Lux se llama-
ba Clemente y Jacobo Clemente es el hijo
de Alicia. E :
La reina se quedó inmóvil, con los ojos
fuera de las órbitas y las manos juntas, como
si a sus pies hubiese caído un rayo. Luego
dió un suspiro ronco y exclamó : )
—¡ El hijo de Alicia de Lux! ¡¡Mi hijo con-
denado ! | A
Y entonces, profiriendo un gemido, elevó
los brazos al cielo y con torpes pasos se
acercó a la puerta y desapareció. : |
Ruggieri se había quedado en el mismo
Sitio y meditaba. Al cabo de algunos minutos
- Abrió una cajita en la que había algunas píl-
doras, probablemente una substancia tónica
Compuesta por él, y se tragó una. Luego se
- cubrió con una capa y salió. |
En el gran vestíbulo del hotel, una trein-
- tena de gentileshombres charlaban alegremen-
te, mientras en el patio los guardias hacían
Centinela, Cuando Ruggieri atravesó el vestí.
bulo, las risas cesaron, Pasó por entre los si-
/