202. ] LOS PIRATAS
' pero no á Lisboa, por mo ser. esto edoniá para ellos, en su
calidad de brasileños. Se supone que la idea de Benito Soto
“fué encallar el buque y dejar que sus compañeros se salva-
sen como mejor pudiesen. Ya había asegurado en Ponteve-
dra su parte del botín y esperava en tiempo no lejano reco-
brar lo que dejó en la Coruña.
Estaba oscureciendo cuando el bergantín llegó próximo á
Cádiz; Benito Soto ordenó al timonel que dirigiese el buque
directamente hacia la costa. Pocos minutos después, uno de
los principales cómplices de Soto mandó al timonel que des-
-——viara el buque de esa dirección, cuando Benito llegó y dijo:
Dirige el buque como te he dicho; sé. perfectamente lo que
hago. El timonel obedeció, y pocos momentos después el ber-
gantín encalló. Sin embargo, como era una playa arenosa,
no recibió mucho daño, y para hacer que el agua penetrase
sen el casco, izaron los cañones que estaban en la bodega y
_Jos dejaron caer, con el objeto de desfondar el buque y evi-
tar de esta suerte toda probabilidad de ponerlo á flote.
: Según opinión de algunos, Benito intentaba encallar el bu-
que en la costa de Berbería. Sin embargo, como tenía cartas
de introducción para un Sr. Lepri, comerciante en Gibraltar,
- es también posible que intentase entrar en aquel puerto; pe-
yo habiendo tomado el faro de San Sebastián, de Cádiz, por
el de Tarifa, creyó hallarse en el Estrecho de Gibraltar, de lo
_que resultó el fatal error que le arrojó á él y á sus cómplices
en manos de la justicia. De todos modos, se ve marcada la
mano de la Providencia. La medida de sus delitos estaba
Mena, «y Sus innumerables asesinatos y maldades no po-
- dían ¡permanecer por más tiempo impunes ni aun en este
«mundo.
«Habiendo ya dado un claro y fiel resumen de las confesio-
mes hechas por los tripulantes del Defensor de Pedro, resta
; ahora referir los actos de crueldad que ejecutaron á bordo
_del Morning-Star y también la providencial salvación de
los tripulantes y pasajeros supervivientes y sus sufrimien-
tos y privaciones, hasta su llegada 4 Inglaterra. La siguien-
te narración se da como auténtica y fiel sumario de las de-