Full text: Los piratas del Defensor de Pedro

DEI. DEFENSOR DE PEDRO 277 
  
«tidad del preso y su presencia en el bajel pirata cuando se 
“cometió el delito, dijo el Ftscal que llamaría á un testigo, al 
mayordomo del Morning- Star, que juraría ser el mismo pi- 
rata, en cuanto á la figura, porte y apariencia general del 
' preso, pues tuvo la oportunidad de observarle al hallarse 
los dos buques próximos; pero no pudo verle bien las faccio= 
nes, porque en aquel momento hablaba el pirata con la as 
cina. 
Después de algunas otras observaciones del a de 
la Corona, con referencia á otros testigos, se llamó 4 Andrés 
Beyerman, Mayordomo del Morning- Star. Su declaración, 
'prestada muy detalladamente, se encierra en lo siguiente: 
«Una persona que parecía ser el jefe, gritó desde el buque 
pirata que deseaba que el Morning-Star virase de nuevo. 
Yo había sido empujado sobre cubierta por un individuo lNla- 
mado Nicolás Fernández, á quien he visto en Cádiz, El hom- 
bre que se hallaba en el buque pirata hablaba con una boci- 
na, lo que me impidió verle el rostro. Estaba en un lugar 
bastante prominente para poder observar su actitud y esta- 
tura; no le he vuelto á ver hasta ahora; no vacilo en decir 
que el preso es el mismo que como jefe daba órdenes á los 
piratas que se hallaban á bordo del Mornimg-Siar; hablaba 
en español, y conozco bastante ese idioma para saber que 
hablaba así.» Este testigo también declaró bajo juramento, 
con respecto á un baúl y su contenido, á un puñal y 4 otros 
varios objetos que fueron robados del Morning-Star. 
Mr. Bushby, piloto del Morninmg-Star, y un Sargento cuar- 
tel Maestre de Estado Mayor, corroboraron la declaración de 
Mr. Reyerman. 
Signor Basso, tabernero de Gibraltar, declaró reconocer al 
preso, que se había hospedado en su casa en el mes de Ju- 
nio de 1828. Se dió á conocer como de Cádiz; no traía equi- 
paje; pero después de estar ausente por algún tiempo, regre- 
só diciendo venía de Málaga, y traía un baúl, que según di- 
jo, pertenecía á un amigo que se dirigía 4 Cádiz (aquí vol- 
vió á identificarse el baúl aludido). 
Una sirviente de la taberna, de nombre Ana, declaró ha- 
 
	        
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