308 l LOS PIRATAS
Traducción del documento entregado por el piloto Manuel
Antonio Rodríguez (1) (C. R.)
Mil ochocientos veintiocho.—Declaración y protesta que hago al
Sr, Comisionado Regio D. José Maria Malván.—Noviembre veintidos.
Protesta que hago yo Manuel Antonio Rodriguez, segundo teniente
y segundo comandante del bergantín brasileño Defensor de Pedro, que
salió de Rio Janeiro para la costa de Mina, donde fondeó en el cabo
de San Pablo y estuvo fondeado veintitres dias en el mismo puerto.
Nos los abajo firmados juramos judicial y extrajudicialmente. En
veinticinco del mes de Enero de mil ochocientos veintiocho, á las
cinco de la tarde, se levantó ó sublevó la tripulación de el mismo ber-
gantin; un marinero llamado Cayetano Ferreira, con cuchillo, hirió
en la mano á un marinero portugués llamado Antonio, á otro mari-
nero llamado Antonio el Vizcaino; pero á poco tiempo se sosegaron
mandando el contramaestre que saltasen en el bote, no respondieron
cosa alguna menos dos marineros portugueses, uno llamado Nuño Pe-
reira y otro llamado José de Santos, que dijeron no saltaba nadie en
tierra, digo en el bote. que se haria mañana y quedaron sosegados
hasta las nuevo de la noche. Levantáronse con armas cortas; al pri=
. mero que aseguraron ó amenazaron fué al contramaestre, el segundo
fui yo, pues bajaron á la cámara baja cuatro marineros armados con
cuchillos, dos de ellos se echaron encima de mi, uno llamado Victor
Saint-Cyr Barbazán, francés, otro llamado José de Santos, Cayetano
Ferreira y Benito Soto, en donde fui herido en el brazo derecho y. en
un cuadril, fui herido por un marinero llamado Victor Saint-Cyr
Barbazán y por Nicolás Fernández, y uno llamado Benito Soto, con
la punta de su cuchillo puesta en mi pecho, me decia que si yo resistía
moriría. Viéndome en tales aflicciones, no tuve otro medio sino aco=
modarme y hacer lo que ellos quisiesen. A las diez de la noche estaba,
el buque á pique del ancla y con todas las velas izadas; á la misma
hora mandaron ir el bote á tierra con diez hombres del mismo buque.
En la misma noche me llamó uno de los sublevados, llamado Benito
Soto, diciéndome que quería salir para fuera de la costa y que luego
dirigiose yo el rumbo, y que asi que lo dirigiese bajase preso; yo no
tuve más remedio sino dirigir el rumbo al buque. En el mismo dia, al
punto del medio día, me mandaron tomar la altura meridiana y que
les dijese el lugar donde estaba el buque. Yo, con voluntad ó sin ella,
le dijo el lugar donde estaba el buque. También me dijeron que
viese bien lo que hacía y que si no lo pagaría con la vida. Yo le: res-
pondi que si me habian de matar tarde lo hiciesen cuanto ambes.
(1) Todos los documentos están copiados literalmente, conservándoles todas
sus faltas é incorrecciones. : » y