D£L DEFENSOR LE PEDRO 391
tención de que hiciese este oficio al deshacerse del declarante, porque
les causaba sospechas. ] :
Que después de este acontecimiento le mandaron hacer rumbo para
las islas Canarias, y navegando en esta dirección, oyó tiros 4 bordo
for la tardo de un día que no recuerda, y después le dijeron que habían
matado 4 Francisco Caraballo, y de alli 4 algunos días encontraron
un bergantin, no sabe de qué nación, porque era de noche y no vió la '
bandera, á cuyo buque pasaron y robaron unos quesos y otros comes-
tibles; pero no mataron á nadie. Que después, siempre en la dirección
de Canarias, encontraron otro buque inglés, que no pudo distinguir si
era fragata ó bergantín, al cual robaron cuatro medias pipas de vino,
comestibles, un anteojo y otras cosas. Que pasados algunos dias, en-
contraron una fragata portugnosa, que oyó decir venía del Janeiro
para Oporto, á la que robaron cuarenta y dos sacas de cafó, ocho ca=
jas de thé, dos de mahones, unos pájaros que llamaron loros, un mas-
teloro do gavia y no sabe qué otras cosas más; paro no mataron á nin-
guno. Después sufrieron un temporal de cinco dias, y tuvieron ave-
rías en el velamen y arboladura, y cuando abonanzj el tiempo, encon-
traron un bergantín inglés, al que robaron velas, una verga de gavia
y no sabe si otra cosa, no maltratando á ninguno. Que siguieron la:
navegación con aquella dirección, para buscar la costa de España, y
el día diez de Abril de este año fondearon en la ría de Pontevedra; el
día doce bajaron á tierra Benito Soto y Nicolás Fernández, que vol-
vieron á bordo en el mismo día, y al siguiente bajó otra vez á tierra
Nicolás Fernández, quien volvió el catorce á las once de la noche con
dos hombres, que oyó decir 4 Soto eran sus tios, y entonces, por dis-
posición de Soto, José Je Santos, Nicolás Fernández y Antonio de
Laid., escribió el declarante una carta para D. F. J. B., de quien no i
tenía noticia, y le dijeron que era un comerciante, pidiendo á éste se
hiciese cargo del buque y carga en la Coruña, para donde debian sa-
liv al otro día. Que dicha carta la recogieron los tios; el declarante sa,
retiró á su camarote, y después oyó decir á Joaquin Francisco que di-
chos tios de Soto se habían lleyado ú tierra dos baúles y bres cajitas
de escritorio. Que efectivamonte, salieron de Pontevedra el día si-
guiento, y formaron una protesta que hicieron firmar á todos, fingien-.
do que habían salido dol Janeiro para la isla de Cabo Varde, y quo es-
tando allí los había cogido un temporal que les obligó á dar la velas
dejando gente en tierra, y que habían perdido otros hombres en la,
mar, toniendo averías grandes, todo esto para figurar una arribada
forzosa, y quo iba haciendo mucha agua, para lo cual dieron dos ba=
=rrenos al bergantín. Que en este viaje para la Coruña dieron muerte, á
las dioz do la noche, le paroce, del día diecisiete, al marinero ameri-
cano que trajeron de la fragata, al portugués Juan Antonio y al ne«
gro Joaquin, y no sabe quiénes ni por qué causas hicieron estas tres.