DEL DEFENSOR DE PEDRO 423
pulación del bergantín, y llevaron á éste el vino, licores y otras cosas,
volvióndose á la fragata. Que luego subió 4 ella el pirata, de segui-.
da el declarante, y consecutivamente los otros dos, y advirtió que
los demás piratas estaban en la popa de la fragata comiendo. Que
el declarante se aproximó á ellos y les pidió de comer, y con efec=
to le dieron, advirtiendo que ninguno de la tripulación ni pasajeros
estaban sobre cubierta. Que luego que comió, le habló uno en inglés
y lo mandó ir abajo, lo que ejecutó, encontrando á todos los de la
fragata presos en aquel sitio, excepto las señoras. (Que los piratas,
sin duda con intención de tapar la escotilla, pusieron un pedazo
de cobre viejo que venía en la fragata, poro no cubria suficientemen=
te la boca y cayó abajo. Que pusieron 4 la boca una caja grande,
llena de papeles, que venía sobre cubierta. (Que los piratas corta=
ron la mayor parte de las jarcias y trataron de ejecutar lo mismo con
el palo mayor, al cual dieron varios hachazos, de lo que se impuso lue-
go que se retiraron los piratas y salió sobre cubierta, que sería como
á la media noche, habiendo sido la cansa el que la señora del Coman=
dante, no oyendo ya 4 los piratas, mandó salir de la cámara á una de
las mnjeres, que era esposa de un soldado, y no encontrando á nadie,
alzaron la caja que estaba sobre la boca de la escotilla y salieron to-
dos, dirigiéndose el Comandanto, el declarante y los soldados á la cá-
mara á buscar su ropa, y éstos advirtieron que la fragata hacia seis
pies de agua, descubriendo el cocinero habian dado dos barrenos á Ja
fragata, los cuales habían cubierto por la parte de dentro' con corcho
para que no se advirtieran. Que inmediatamente bajó el carpintero, 4
pesar de que estaba herido en el brazo izquierdo de un sablazo, y
acompañado del sargento Carlos Wilkinson, que ha acompañado al
declarante desde Londres á esta plaza, y taparon los dos barrenos,
ocupándose todo el resto de la tripulación en dar á las bombas para
achicar el agua. Que ya al amanecer quedó la fragata sin agua, y el
declarante mandó á uno de los marineros que subiera al palo mayor
por si descubría alguna vela, pero no se vió ninguna. Quo la fragata
“quedó en malisimo estado y sólo pudieron armar una vela, con la que
dirigieron su rumbo, empleándoso todos en componer las jarcias y re=
parar el buque. Que á los dos ú tres dias advirtieron mucho humo en*
la fragata, y bajando á inspeccionar de qué procedía, era de que el
café, como estaba mojado, se había fermentado y roto los sacos, por
lo cnal, con acuerdo de los pasajeros, y para salvar las vidas y el bu-
que, sacaron sobre cubierta la canela y parte del café y arrojaron al
mar más de doscientos sacos, colocando el resto en disposición de que
se contuviera el humo y pudiera ir ventilado. Que después descubrio=
ron un buque, y al cabo do tiempo pudieron ponerse casi á la voz, y
éste le dió varios viveres, instrumentos de navegación y otros efectos,
y además dos marineros para que pudieran continuar su viaje, como