DEI DEFENSOR DE PEDRO : 81
en Río Janeiro para la expedición á la costa de Mina, y fué
uno de los piratas más señalados. No sólo fué del número de
los sediciosos cuando el alzamiento, sino que, según su pro-
pia declaración, sabía que debía verificarse, quince días an -
tes de estallar. Después de este grave cargo, en cuyo funda-
mento y veracidad conviene, le resultan otros de no menor
consideración. Aunque no fué de los nombrados para el abor-
daje de la Morning-Star, concurrió á él y señaló su entrada
- robando y dando sablazos, como los compañeros que le pre-
cedieron, y entregándose como ellos á la bebida y al des-
orden.
De regreso al bergantín, ya de soles cometió un acto de
iohumanidad inaudito: Benito Soto pronunció la sentencia de
muerte contra todos los ingleses que había en el bergantín
procedentes de la Morning-Star; uno de ellos, que se había
ocupado ayudando álos piratas en el transporte de los efectos,
corre conslernado hacia proa; allí encuentra al portugués
Freytas y le pide de rodillas salve su vida; Freytas le dice no
está en su mano evitar su suerte; en esto se presenta Lerendú,
que venía de proa; observa la actitud suplicante del inglés, y
éste le dirige la misma humilde súplica; pero Lerendú, lleno
de un brutal furor, pide su cuchillo 4 Antonio el Vizcaíno, y
con él le hiere inhumanamente en el cuello. Un testigo aña-
de una circunstancia á esta acción, cuya sola idea hace es- $
tremecer de horror: dice que, como el cuchillo no tuviese
punta, hizo uso de él manejándolo con dificultad 1 Y line
en el pescuezo del inglés.
Aunque Lerendú niega este hecho de que se halla Sil
cientemente convicto, confiesa el que le. resulta de haber -
acabado de matar con su cuchillo en el bergantín Defensor
de Pedro á un marinero procedente de la Topacio, el que ha=.
biendo caído sobre cubierta herido de un pistoletazo dispa-
rado: por Soto, le dió éste antes orden de rematarlo. :
Después de estos actos de piratería, concurrió también á
los abordajes de la fragata portuguesa Hrmelinda y otro bu-
que inglés de tres palos, del que extrajeron, entre otras co-
sas, algunas pipas de vino, con las violencias acostumbr adas.
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