- 182 EL _MONSERRATE.
Con sola una camisa cobijaba
Los fortísimos miembros el cristiano,
Que entre la gente mora se mostraba
Como leon entre escuadron villano:
Era tan alto, que sobrepujaba
Al más alto de todos una mano,
Y era conforme á la admirable altura
La trabazon del cuerpo y compostura.
Mas en las bravas fuerzas y destreza,
En ánimo, en valor y osadía,
A la disposicion y á la belleza
Con ventaja grandísima excedia,
Era un milagro de naturaleza
Aventajado á cuanto engendra y cria,
Como se podrá ver ahora en parte,
Todo empleado de mi musa el arte.
Al primer moro en quien probó la espada
Partió desde la frente á la cintura;
Del cuerpo la cabeza destroncada
- Rodando á otro echó por la llanura;
Al través de otra fiera cuchillada
Otro, partido tiende en la verdura;
A otro los dos muslos le cercena;
Y juntos, de una punta á dos barrena.
De un corte era la espada y tunecina,
Aunque derecha y larga á lo cristiano;
Tan segura de temple y fuerte y fina,
Cual la del Teucro que forjó Vulcano;
Y no menos que espada diamantina
Conviene á tan robusta y fuerte mano,
Para sufrir los golpes espantosos
Con que entra por los árabes furiosos,