EL MONSERRATE,
A donde están los dos valientes llega,
Hiriendo y derribando á todos lados,
Y de manera enciende allí la brega,
Que van los moros ya desbaratados:
Crece la furiosísima refriega,
Y llega tras los bárbaros airados,
Adonde un moro capitan valiente,
Con gran valor hace parar su gente.
Con treinta bravos moros se acompaña
El capitan valiente y señalado,
Y todos juntos con furiosa saña
Acometen al jóven esforzado,
El cual no pierde un pié de la campaña
Ni un punto de su espíritu extremado;
Antes se arroja entre la escuadra fuerte,
Llevando en la sangrienta espada muerte.
Lo mismo Filadelfo y Sinforoso
Con encendido corazon hicieron,
Y entre el tropel soberbio y riguroso
- Con denodado esfuerzo se metieron:
Cúpole á Filadelfo el valeroso :
Arabe capitan, y allí vinieron
A batalla cruel de solo á solo,
Que duró tanto cuanto al dia Apolo.
Sinforoso, siguiendo al fiero mozo,
Hace á su ejemplo pruebas varoniles,
Con miserable pérdida y destrozo
De aquellas atrevidas gentes viles;
Cuya grita, alarido y alborozo
Aumenta nuevo esfuerzo al nueyo Aquiles,
Con el cual hace innumerables pruebas
Espantables, fortísimas y nuevas,