EL MONSERRATE.
Y en este fuerte y riguroso punto
Los españoles pasajeros tanto
Mostraron el valor nativo junto
Al diestro proceder, que fué un espanto:
Excelso y sonoroso contrapunto
Fueron al valeroso heróico canto
De los demás en la armonía y arte
De la sublime música de Marte.
Y por ellos decir solia Alberto,
Cuando desta batalla se trataba,
Que de cautivo con su gente ó muerto
Sin duda le libró la gente brava:
Su término, su honor y su concierto
Con grande admiracion siempre alababa;
Y con obras, mostrándose les hizo
Honor despues que al suyo satisfizo.
Ya dos horas habia que duraba
La batalla bravísima y sangrienta,
Cuando en confuso y fiero punto estaba
Más incierta, más brava y más violenta;
Y de la misma suerte se mostraba
Que el alto mar en áspera tormenta,
Cuando á veces las ondas tempestuosas
Vencidas van, y vuelven victoriosas.
Ya el campo infiel con ímpetu retira
Al católico ejército animoso;
Ya el campo fiel revuelve, ardiendo en ira,
Sobre el bárbaro ejército orgulloso;
- Y así cada cual dellos fiero aspira
Al fin tan deseado victorioso,
En pretension del cual prestos llegaban
A muchos los que menos deseaban.