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EL MONSERRATE.
De la manera que naturaleza,
Cuando le ofenden parte muy sensible,
Envia humor sangriento con presteza,
Para ayudarla en cuanto le es posible;
Así en aquella súbita braveza,
La cueva con sangriento humor terrible
La parte ayuda que ofendida siente,
Viniendo en vuelo allí toda su gente.
Ya el jóven, más osado y valeroso,
Y más rendido á la amorosa llama,
Que bien aconsejado y venturoso,
Apresurando el hado que le llama;
Y su escuadron, no menos deseoso
Que su caudillo de gloriosa fama,
Como generosísimos leones
Reciben á los bravos lestrigones.
¿ Qué batalla se vió jamás cual esta ?
¿Dónde la furia del sangriento Marte
Llegó por sus bravezas á ser puesta
En tan airada y rigurosa parte?
Jamás hallarse pudo tan dispuesta
La cruel ira que el rencor reparte,
Para tomar aquello todo junto
Que la puede poner en mayor punto.
Jamás con tal rigor y enojo tanto
Se peleó sobre el pesado cerco
Donde en sangre trocó el agua del Janto
El cruel griego porfiado y terco;
Ni cuando influye su mayor espanto
El fiero Marte desde su alto cerco
Se muestra tan furioso y tan airado,
Cual se mostraba allí el menor soldado,