300 | EL MONSERRATE.
Vos mismo sois el que al Obispo ahora
Y á la gente que alegre le acompaña,
Con voluntad de hecho ejecutora,
Llevais á-la santísima montaña,
Para que llegue la dichosa hora
En que de la escabrosa cueva extraña
Sea sacado aquel retrato santo
“Tan celebrado del celeste canto.
Para que de la santa mina sea .
Sacado aquel riquísimo tesoro
Que á la tierra enriquece y hermosea,
Como su original al alto coro;
En quien halla descanso quien desea
El verdadero inestimable oro
Con que se dota el alma generosa
Que quiere ser del alto Rey esposa.
Deje ya de estimar la madre tierra
Sus fértiles entrañas abundosas
Por lo que en ellas cria y lo que encierra
Y lo que da con manos generosas;
Sólo se estime porque en esta sierra,
Entre sus duras peñas escabrosas
Tuvo guardado este tesoro santo,
Que es para enriquecer á tantos tanto.
A la hora que el sol, pasado Atlante,
Para el ocaso el dia apresuraba, -
Y de las nubes que tenia delante
Los extremos de oro iluminaba,
El pastor de Manresa vigilante,
Con los demás de quien se acompañaba,
Llegó del monte al sitio más dispuesto
Para lo que traia presupuesto,