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una tregua, cuyos detalles fueron apareciendo en posteriores
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conferencias. Poco a poco se reveló muy clara la disyuntiva
. | para Bolivia: o aceptar la tregua en los términos propuestos,
O soportar la continuación de las hostilidades en circunstancias
en que Chile disponía de enormes fuerzas para invadirla. (1)
En verdad, como dice el ilustre Carrasco (2), los pleni-
potenciarios Salinas y Boeto hicieron cuanto pudieron en favor
de su patria. “Pero su inteligencia, su sagacidad y su patrio-
cias del vencedor”.
¿Es que había acaso algún medio que les permitiese
zatarse de entre las tenazas en que se vieron cogidos por el
O la tregua a su patria al volver a ella, y optaron por lo
segundo. “Pocas veces, dice Bulnes con sobrada razón, los
representantes de un país se han encontrado en situación más
difícil que la afrontada entonces por Salinas y Boeto”.
y
aduanera de Bolivia quedó secuestrada y se inició el vasallaje
de admitir en su territorio, libres de todo impuesto, los pro-
ductos naturales chilenos y los elaborados con ellos.
A poco de entrar en vigencia el pacto de tregua, hubo de
reclamación peruana para que sus productos gocen de las
mismas franquicias que las acordadas a Chile, pues que así lo
establecía la cláusula de nación más favorecida contemplada
(10). Obra: citada. : E 4
(2) Brissot, — “Bolivia ante la Liga de las Naciones”. — La Paz, 1910.
tismo se estrellaron con la arrogancia y las perentorias exigen=
gobierno, de la Moneda? Debían escoger entre llevar la invasión
Y bien, el pacto de tregua se firmó el 4 de abril de 1884.
y en virtud de él se afianzó la soberanía chilena de “facto”?
sobre todo el litoral boliviano hasta el Loa; la independencia -
comercial boliviano mediante la obligación que se le impuso
| | agravarse más todavía el malestar boliviano, a cuasa de la
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