prada Se,
das y ver las cosas tales como son y no como pudie-
ran ser. :
El hombre de estado debe mirar más allá del día
de mañana. O
Es propio de políticos vulgares aferrarse a una idea
que esté en armonía con el sentimiento público domi-
nante, porque de esta manera no hay necesidad de ob-
servar y estudiar, ni menos de combatir: basta y so-.
bra con dejarse llevar,
Yo desearía, señor Ministro, que un espíritu culto,
inteligente y perspicaz como el de V. E., abandonara
el camino fácil y trillado y entrara a investigar si con-
seguir la buena y perpetua amistad de Chile, importa
para Bolivia mucho más que una angosta faja de te-
rritorio estéril y un puerto enclavado en ella. E
Medítese un momento y se llegará a esta conclu-
sión: que la amistad de Chile puede ser en gran ma--
nera provechosa para Bolivia, al par que la tirantez de.
relaciones entre ambos países no daría para ella el' mis-
mo resultado. Cualquier espíritu sereno se inclinará a
creer que los hombres de estado de este país no trepi-
darán en la elección. E
Hace muchos años que mi país desea convertir el
Pacto de Tregua en tratado de paz; arreglar de una ma-.
nera definitiva todas sus diferencias con Bolivia. Chile
quiere dedicarse al trabajo con sosiego, sin sobresaltos, :
y aspira, como es natural, a una paz honrosa, perma-
nente y que reporte utilidades a ambos pueblos. Una se-
rie de acontecimientos, muy desagradables algunos, le
han hecho ver, además, que hay absoluta necesidad de
terminar cuanto antes estas dificultades de vecindad.