— 17 —
valles que habían APO (1) lentamente a la impoblación
de los chilenos y al descuido de sus gobernantes. Y, a su vez,
la doctrina argentina dejaba a los chilenos sin costa, sin valles
y casi sin puertos en toda la enorme región de Biobio a
Magallanes”. (1)
Sin los conflictos con la Argentina, las dificultades con los.
vencidos en la guerra del Pacífico, le tenían sin cuidado a
Chile, pues tanto Bolivia como el Perú se retorcian en sus
penurias inacabables sin encontrar modo alguno de salirse de :
ellas. En cambio, juntados todos estos peligros, tornábanse :
graves y bien valía la pena de-dispersarlos para después llegar *
a batirlos en detal. '
Pero no anticipemos acontecimientos.
Durante la presidencia del almirante Montt, la política
chilena había girado alrededor del asunto de Tacna y Arica,
para ver modos de quedarse con estos territorios. Transcu- na
rrieron los años 92,93 y 094 en conversaciones y gestiones, e
primeramente entre el canciller peruano José 1 Mariano Jiménez
el plenipotenciario chileno ivist Vial Solar y luego entre
el plenipotenciario peruano Ramón Ribeyro y el e Cchi-
leno Ventura Blanco Viel, para el arreglo del artículo 1 del
tratado de Ancón, sin arribarse a otro punto que al de las
bases propuestas por el canciller chileno Sánchez Fontecilla al
plenipotenciario Ribeyro, en la siguiente forma:
“12—¿Se divide en tres secciones el territorio. de
Tacna. y Arica?
2.*—La sección norte ¿queda anexada al Perú y la
sección sur queda anexada a Chile?
3 “t—La posesión definitiva de la sección del centro
¿será determinada por un plebiscito?
(1) Jorge Huneeus. — “La amistad chileno-ar; gentina”. — Santiago, 1908,