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zación de Chile. Natural es, por tanto, que Bolivia de-
biera esperar de Chile, siquiera un tributo de justiciera
opinión hacia ella, ya que fuera este el país de donde,
por fortuna, partiera uno de los primeros destellos de
venturoso porvenir para el pueblo de Chile, que hoy tan
alto grado de cultura y prosperidad alcanza.
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“Refiérome, al hacer esta observación, entre otros
datos, a los que suministran, la “Historia de Chale”,
por Barros Arana y la importante Relación de la “Vida
de Pedro Valdivia”, escrita en 1866, por el ilustre chi-
leno Benjamín Vicuña Makenna; y donde se encuentra
reproducido ese episodio, y pueden leerse las siguientes
palabras :
“Sin embargo, Pedro de Valdivia sentíase estrecho
ahogado y casi infeliz en aquella ociosa opulencia; por
manera que cuando su Jefe y Señor Francisco Pizarro,
fué, a fines de 1530, á visitar las provincias del Callao
ó el Alto Perú, salióle Valdivia al encuentro á orillas
del lago Titicaca, y poco más adelante, en el primer alo-
Jamiento estable, que fué en la hondonada donde hoy
existe la Paz, dióle aquél el título que le pedía de des- |
cubridor de la comarca que entonces corría con mayor
desprestigio entre los conquistadores”.
“Pero volvamos a los límites de Chile:
“A la muerte de Valdivia, fué nombrado don NE
rónimo Alderete, Gobernador del Nuevo Extremo, por
real provisión expedida en Valladolid a 27 de mayo de
1555, y en la que se le ampliaba la gobernación al Sud,
en 170 leguas, hasta el Estrecho de Magallanes, sin per-
juacio de los límites de otra gobernación. Por talleci-
miento de éste, fué elegido para reemplazarlo, don Gar-