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nord análogo pacto en 1874, se repitió la mis-
ma anomalía, con caracteres aun más hirientes. Chile sa-
tisfizo religiosamente todos los compromisos que se im-
ponía, sin que pudiera obtener de Bolivia el cumpli-
miento de uno solo de los que le afectaban”.
“Quiero prescindir de toda apreciación que pudiera
rozarse, ni aun ligeramente, con los sentimientos de dig-.
nidad nacional, provocados por la dureza de las frases
trascritas, en el decidido propósito que me anima, de
evitar, que la viveza de las impugnaciones viniera a aña-
'dir alguna dificultad, por pequeña que sea, a la aproxi-
mación de dos pueblos americanos. Pero sí, he de des-
autorizar en su fondo, acto de tan inconcebible injusticia.
“Para ello me bastará reseñar brevemente los he-
chos que han llegado a motivar tan extraños y violen-
tos juicios; recordando la muy singular disposición de
esos pactos, y señalando el antecedente que originó su E
formación, E
“Bajo el influjo de los fraternales sentimientos de
americanismo, que despertara la amenaza de reivindi- .
cación, que se dejó oir desde las islas de Chincha, y la
noticia del bombardeo de Valparaíso, enardecióse el
entusiasmo del pueblo boliviano, que estalló en el ar
diente deseo de formar causa común con el agraviado E
pueblo de Chile.
“Las patrióticas y elocuentes palabras del señor
Vergara Albano, entonces Ministro de Chile, fueron rul
dosamente aclamadas en la plaza del 16 de ju por.
el pueblo de La Paz. :