— 136 —
había creado, dejó en su lugar al vice-presidente
Adolfo Díaz y se marchó al exterior.
La imposición norteamericana había triunfado,
el conservatismo estaba en el poder y podía darse
principio al reparto de la presa: empréstitos ncrte-
americanos garantizados con las aduanas naciona:
les, pagos de reclamaciones norteamericanas, con-
cesiones a compañias norteamericanas, reparto en-
tre los jefes del movimiento de lo que llegara del
empréstito etc. ete.—Pero de todo esto y de la últi-
ma intervención armada efectuada en ese país ha-
blaremos con más detenimiento en el capítulo si-
guiente. Veamos lo que ha pasado en la República
de Honduras.
1-—Bien saben los americanos que la conquista
económica es base de la conquista política, y con
el fin de conseguir el protectorado de Honduras,
propusieron al Gobierno de esa nación un emprés-
tito formulado en términos análogos al de la Repú-
blica Dominicana.
«El empréstito» lice el señor Leets, «sería de
diez millones de dollars, al tipo de emisión de Soria
con interés 5”/, y 19, de amortización. De estos
diez millones no habría de llegar a Honduras ni el
10*/,, inclusive lo que iría invertido en maquinaria,
útiles y materiales de ferrocarril, que representaría
la mayor parte de ese 10%/,. Por las demás condi-
ciones del negocio, en realidad significaba que
Honduras haría no sólo el sacrificio de su soberanía,
sino también el de sus rentan en beneficio del gru-
po de banqueros, quedando aquel país sujeto a vivir
de la caridad de sus llamados protectores. Reduci-
do a números el proyecto significaba para Hondu-