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para hacer respetar esos derechos que a cada mo-
mento se ven conculcados? ¿Por qué no evitar ese
mañana tenebroso que tienen a la vista?
Pueblos de la América Latina:
Unios si no queréis ser vencidos por una raza
de conquistadores.
Todos nuestros pueblos, del más pequeño al
más grande, deben unirse para defender con mayor
fuerza sus grandes interes Comunes, para Conservar
su fértil y codiciado suelo, para no seguir siendo
objeto de conquistas, para no despertar apetitos colo-
nizadores en las naciones poderosas. Deben unirse
para llevar a feliz término el engrandecimiento de
la raza, para entrar de lleno en el concierto de
los pueblos inviolables, para que no se repitan esos
golpes tan funestos como los de Cuba, Puerto Rico,
Panamá, etc., etc.; para que no se repitan las san-
erientas escenas de la revolución de Nicaragua, ni
ninguna de esas intervenciones que de costumbre
lleva a cabo la corte imperial de la Casa Blanca.
Cada latino-americano debe poner sus energías
al servicio de la raza: el escritor, su pluma; el mili-
tar, su espada; el millonario, su dinero; el artesano,
su poderoso brazo; el hombre de estado, sus oficios
para guiar a los pueblos por el camino de la unión
y del progreso.
Todos debemos denunciar, prever y combatir
el mal, pues de no hacerlo vamos el fracaso.
Hay que hablar a nuestros pueblos del impe-
rialismo que les amenaza para que se alisten, y no
infundirles ese miedo cerval prohibiendo que se
nombre a los americanos y que se censuren sus
actos escandalosos y punibles. Hay que dar com-