54 PIERRE QUIROULH
prácticamente, y a los quince años, ningu-
no de los múltiples conocimientos relativos
a tan complicada y maravillosa ciencia, le
era desconocido.
Alos diez y ocho años, había descubierto un
sistema nuevo de mecánica aplicada a la me-
teorología, y construído, entre otros apara-
tos de gran sensibilidad, un barómetro-Tegis-
trador adaptable al reloj de bolsillo, el que
de un lado daba la hora y del otro indica-
ba, con exactitud matemática la dirección de
los vientos y su velocidad, y las perturba-
ciones atmosféricas, varios días antes de pro-
ducirse.
Sus conocimientos especiales habían sido
de gran provecho ¡para el Físico, al que, en
más de una ocasión, había dado indicaciones
de valor para la confección de su máquina.
Inteligencias superiores, teniendo a su dl-
cance y disposición, como los demás miem-
bros de la comuna, cuanto podían desear,
los tres amigos hubieran sido felices a no
ser el obsesionante e intolerable _pensamien-
to de que allá del otro lado del Atlántico,
pueblos hermanos sufrían todos los horro-
res de una infamante esclavitud, sin poder
romper el formidable círculo de hierro for-
mado ía su alrededor por las bayonetas de
la fuerza armada, ese terrorífico instrumien-
to de opresión y de masacro, puesto a las
órdenes del capital explotador por los go-
biernos asesinos.
Y, ante tan cruel como dolorosa constala-