A
- De lo expuesto podemos arribar á las siguientes
conclusiones.
En Roma los oficios se hallaban divididos en
dos categorías según la importancia y su caracter
de necesario para el bienestar del pueblo y segu-
ridad del Estado.
Los oficios se hallaban congregados es decir,
sus miembros constituían corporaciones en las
cuales 4 más del culto y fiestas, esparcian el
socorro y la asistencia entre los asociados y sus
hijos.
Las corporaciones revestían un sello legal, puesto
que su institución y el ejercicio de sus atribucio-
nes se hallaba determinado por constituciones y.
rescriptos, :
Una evolución normal seguían las diversas pro-
fesiones, los salarios reglamentados, la sucesión
establecida en los oficios; el hijo continuaba el
trabajo del padre el heredero el del testador.
El obrero se hallaba vigilado en todos sus actos,
ya por el Estado, ya por la corporación. La
conocida frase de Troplong es aplicable al presente
aso: («le progres ne lui elait fas interdit, mais le.
mouvement ne lui etait fas domsé.
Siero XIII. —Abandonemos á Roma. dejemos
á las corporaciones en sus comienzos, penetremos
en el siglo XIII, observemos la Francia donde las
luchas entre obreros y patrones han durado largos
siglos, cuya historia es rica en datos interesantes
sobre el tema de nuestro estudio.