cender á medios bajos y ruines que en vez de
dignificarlo, lo enlodan.
Entre las causas de las huelgas debemos señalar
fuera de la cuestión salarios, lo referente á las
horas de trabajo, así como toda modificación que
restringa la prerogativa de que goza y lesione sus
derechos.
La cuestión de las horas de trabajo ha dado
que pensar á las autoridades administrativas en-
cargadas de todo lo que á la clase obrera se re-
fiere. Desde la petición de las ocho horas hasta
las de catorce, han existido muchas intermedias,
intercalándose algunas cláusulas reclamando la
excepción de trabajo en los días festivos.
Creemos respecto á este punto, que es algo difícil
señalar como regla general para todas las industrias,
el número fijo de horas en que debe permanecer
el obrero en su taller.
Algunas de ellas afectan la salud en virtud de los
gases perniciosos que despiden en la elaboración de
los productos; otras son verdaderamente abruma-
doras por la cantidad de labor material que exijen;
á estas podría muy bien señalárseles el día de ocho
horas. Ahora bien, aquellas que no revisten este
carácter, que no reunen esas condiciones, que no
cansan al trabajador con la misma intensidad de
las anteriores; el número de horas de trabajo po-
dría señalárseles entre diez y catorce, diarias. Se
entiende que el trabajo no debe ser contínuo, debía
ser dividido en fracciones, teniendo además las ho-