gravedad de la herida como por la exle-
nuación que la imposibilitaba casi por
completo. Además, el cuerpo todo de
aquella infeliz presentaba señales de una
especie de tormentos exteriores cruelísi-.
- tos. En la espalda tenía equimósis terri-
bles como de haber sido golpeada ó azota-
da sin piedad. El contorno de su cintura,
era una línea de marcas patentes de llagas
cicatrizaduas, curadas unas algo anteriores
y más recientes obras. En los brazos, se
. advertían señales de haber tenido argollas -
-Ó ligaduras apretadísimas. La mano dere=
cha era indudable que había sufrido que= 7]
- maduras, profundas pero reducidas, como. E
- causadas por gotas hirvientes ó delgados El
hierros enrojecidos..... Era realmente un]
caso. harto original..... e A
Por primera vezen su vida el joven
Doctor se encontraba reflexivo .... ¿Qué
hacer? se decía en lo más íntimo de su in-
traspasable pensamiento. ¿Cuál es mide-.
ber en este acto tan nunca esperado?¿Cómo -
- Jlenar fielmente la misión sagrada de mi
deber; de este deber que es siempre mi
ensueño, mi gloria, mi tranquilidad, mi
-—placidez de espíritu. mi paz de alma, mi
vanidad, úvica?..... Y por vez primera en -
su vida también se esforzaba en pensar
muy reservadamente, muy en lo último de -
lo interior de su mente .para eS no. res-
- plandeciese en su rostro, callado siempre, —
que había encontrado la duda en el deber.
Que vacilaba yá en aquella senda tan recta
del deber que se había trazadO.....
»
IO