con el caso principal ; los recordaremos posterior-
mente. Hoy día las reglas de Washington, unáni-
memente observadas en las guerras modernas, for-
man parte de la ley internacional positiva, sancio-
nada por la Conferencia de la Paz.
58. No es posible pasar en silencio una curiosa
tentativa, hecha en el seno de la Conferencia de La
Haya, para derogar los principios consagrados so-
bre construcción, armamento y equipo de buques
de guerra en puertos neutros. La Delegación brasi-
lera á la Conferencia, presentó un proyecto de reso-
lución concebido así: “los buques de guerra en
construcción en los astilleros de un pais neutro
podrán ser entregados con todo su armamento á
los oficiales y tripulación designados para recibir-
los, cuando su construcción haya sido encargada
más de seis meses antes de la declaración de la
guerra”.
El delegado argentino doctor Drago, combatió
esta proposición en un discurso breve, pero nutri-
do de sana doctrina. Estableció los fundamentos
indubitables del caso, y declaró que si la Conferen-
cia sancionase la proposición brasilera, tendría el
triste privilegio de infligir un retroceso á los prin-
cipios del Derecho de Gentes. ** Me limito, agregó,
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