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El desarme de los buques de guerra consiste en
inutilizarlos temporariamente para la navegación
y las hostilidades, sin mengua de los cuidados
necesarios para su conservación en buen estado;
en la guerra de 1904, después de arriado el pabe-
llón de la nave, se extraían y llevaban á buen
seguro los cierres de los cañones, el aparato pro-
pulsor de los torpedos, y ciertas piezas esenciales
de las máquinas. En algunos casos, fueron secues-
trados los proyectiles; en cambio, cuando tres
navíos rusos se refugiaron en Manila, declararon
las autoridades de este puerto que sus maquina-
rias quedaban suficientemente inutilizadas por la
falta de combustible.
Es atentatoria á la neutralidad, y especialmente
al deber de desarme, la destrucción voluntaria de
sus naves, ó de sus armas, hecha por los refugia-
dos ; los tripulantes de un torpedero ruso, al llegar
á un puerto chino, hicieron volar su buque, moti-
vando este hecho una protesta por parte del Ja-
pón.
Las prácticas mencionadas, y otras que sería lar-
go enumerar, constituyen precedentes dignos de
tenerse en cuenta, porque contribuyen á la forma-
ción de reglas positivas de Derecho Internacional.
Las hemos citado á título de ejemplos prácticos de