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nente de su incapacidad y cobardía, hallólo en una fonda y lo
que jamás se hubiera creído, Moreira huyó. Envalentonados con
esta, al parecer muestra de temor, salen tras él con la algaza-
rra del que pretende animarse a sí mismo. Poco le duró el con-
tento: pues, al llegar Moreira al paraje conocido por el « Estan-
que» vieron que se bajó, y desensillando con tranquilidad, ató
elcaballo con el lazo y se sentó en el recado.
El teniente hizo alto a respetable distancia y se pusieron a
deliberar si debían o no llevarle un formidable ataque — hacian
esto en medio de las sangrientas pullas del gaucho; se propuso
la idea de no molestarlo, lo que obtuvo mayoría sin necesidad de
cuociente. :
Volvieron a San Justo acompañados por las carcajadas de
Moreira.
Me es grato hacer conocer a usted estos hechos, a los que su
inimitable pluma sabrá llenarlos de ese gran interés que des-
pierta siempre lo interesante cuando está bien escrito.
Me repito de usted humilde $,
JULIO LLANOS
Chacabuco, 464