ALBERTO ROBLES TERÁN
Ayer pobre, hoy poderoso
sin que nadie le de nada?
La blanca luna en el pozo,
se está riendo a carcajadas.
Como las puntas los sauces,
tocan las aguas serenas;
así, tocaste mi cara,
después... me hudiste en la pena.
Una corona dorada
carga tu mal pensamiento;
sabes que no vale nada
pero la cargas contento.
El borracho pierde el tino;
cuando anda en dulce querella;
pierde el cinto en el camino,
pero jamás la botella.
El que sin querer lastima,
ha de cuidar al herido;
como la mujer que estima,
lo ha de hacer con su marido.
No me mires con los ojos,
mírame con los recuerdos;
que aunque no esté cerca tuyo,
sé que me llevas adentro,
Aquí, hasta los cementerios,
tienen color y alegría;
allá, en mi pago, la muerte,
se llora toda la vida.
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