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ral dos tercios de la población más
270.000 habitantes y al interior un ter-
cio menos 270.000 habitantes. Si divi-
dimos las provincias, no por regiones,
sino por su crecimiento demográfico,
resultará una cosa análoga. En la dis-
-cusión que tuvo lugar en esta cámara
el año anterior sobre este mismo pro-
yecto, tuve ocasión de desarrollar la
teoría de que no debía considerarse a
las provincias argentinas, para su cla-
sificación, por regiones geográficas,
sino por su crecimiento demográfico.
En efecto; según resulta del censo de
1914, hay provincias del centro, como
Córdoba, o de la región andina, como
Mendoza, que han «aumentado en un
ciento por ciento su población, lo mis-
mo que la capital federal, Buenos Ai-
res y Santa Fe. En cambio, hay provin-
cias del litoral, como Entre Ríos y
Corrientes, que sólo han crecido un
cincuenta por ciento, como algunas
otras del interior; y por fin, existen
aleunas provincias, tales como Cata-
marca, Salta y La' Rioja, que, término
medio, sólo han crecido en un 15 por
-celento. E O
Bien, señor presidente; si clasificamos
las provincias argentinas según el eri-
4erio del crecimiento de la población,
en dos grupos, colocando en el prime-
ro la capital, Buenos Aires, Santa Fe,
ds
órdoba, Mendoza y Santiago, y enel